jueves, 25 de abril de 2013

CONCEPTOS BÁSICOS EN PSICOLOGÍA POSITIVA (PARTE II)



Hoy hablaré de:

- Felicidad o bienestar subjetivo

- Sentido del humor

- Fluir o estado de flujo


FELICIDAD

Cuando comienzas a indagar sobre porque alguien emprende un proyecto como factor más profundo siempre encontraremos la felicidad como meta. Sin embargo este es un concepto con muchas connotaciones culturales y actualmente se hace mucho marketing en torno a él. Es por ello que como término más científico se prefiere el de bienestar subjetivo.

 
Parece estar más relacionada con la búsqueda y la motivación hacia una determinada meta que con el hecho de conseguirla, lo que puede resultar curioso en un principio, sin embargo si nos preguntamos si alguna vez cuando hemos logrado algo que soñábamos no lo disfrutamos tanto como pensábamos, tiene que ver con ésto. Porque muchas veces estamos tan preocupados por conseguir algo que olvidamos disfrutar el camino hasta conseguirlo, que parece ser lo más relacionado con la felicidad y satisfacción vital.
 

Para poder considerar el concepto de felicidad o bienestar en su totalidad tendríamos que tener en cuenta dos factores de los que está formado.
Por una parte está relacionado con el placer y disfrute.
El placer tiene que ver con las cosas del presente que nos producen bienestar y está formado por aquello que proviene de los sentidos. Por ejemplo saborear una onza de chocolate, un té, observar el mar, un masaje…
El disfrute serían actividades que requieren mayor inversión de esfuerzo. Aquellas que aunque nos cueste ponernos a ello luego experimentamos bienestar. Por ejemplo la lectura de un libro, practicar yoga o ejercicio…
 

Por otro lado se encontrarían la búsqueda de sentido. Esto quiere decir que para sentir en totalidad la felicidad es necesario tener metas a largo plazo, proyectos que sean vividos por la persona como importantes. Por ejemplo tener hijos, crear un negocio, formarse en una determinada área…
 
Otra cosa a tener en cuenta es que todas las personas nos movemos en un rango de bienestar subjetivo. Éste vendría determinado genéticamente, no obstante las actividades que emprendemos voluntariamente son las que pueden hacer que nos situemos en la parte alta o baja dentro de ese rango. Es decir, si mi rango es de 60 a 80 en la escala de felicidad situarme en el límite superior o inferior dependerá de aquello que yo voluntariamente haga en mi vida. Las actividades a las que me dedique, la cantidad de relaciones que tenga, las metas que me establezca…
El movernos dentro de un determinado rango también afecta a la influencia que tienen los acontecimientos en nuestro nivel de felicidad. Esto es, si me toca la lotería aunque en un primer momento pueda sentir una enorme felicidad a largo plazo volveré a mi rango de felicidad. Lo mismo ocurriría ante acontecimientos negativos. Aunque en un primer momento pueda verse disminuido mi nivel de felicidad. A largo plazo volvería a recuperar esos niveles base.
 

En el nivel de felicidad también influye la deseabilidad y la comparación social. Me llamó la atención la frase que decía que los deportistas que ganan la medalla de bronce están más satisfechos que los que ganan la medalla de plata, porque los primeros se comparan con todos los deportistas que no ganaron medalla y los segundos con el que ganó el oro.
Esto aplicado a nuestra vida podría decirse que es más feliz aquel que viviendo en un barrio más pobre es más rico que sus vecinos que aquel que siendo rico vive con otros vecinos que son más ricos que él.
 


Por último dentro de las variables de personalidad que más influyen en el bienestar estaría la variable introversión- extroversión. Los estudios en este campo parecen concluir que los extrovertidos experimentan mayor felicidad que los introvertidos. Esto no quiere decir que sea así por una cuestión genética si no más bien con una cuestión de conducta. Al ser más propensos los extrovertidos a relacionarse con gente y estar más activos generándose en estos casos más diversión y emociones positivas.


SENTIDO DEL HUMOR
 
Cada vez hay más estudios que demuestran los beneficios del sentido del humor y la risa. Nos permiten liberar tensiones, disipar preocupaciones, relajarnos y olvidarnos de todo según el profesor de patología Lee Berck. Tiene un componente cognitivo y emocional que requiere de cierta actitud lúdica y positiva ante la vida. No a todas las personas les hacen gracia las mismas cosas pero si que hay gente que encuentra más cantidad de cosas graciosas que otros.
 

A nivel corporal el sentido del humor ayuda a mantener el equilibrio en el cuerpo y a fortalecer el sistema inmunológico. Además la risa hace que se liberen endorfinas que ayudan a eliminar el dolor y aceleran la recuperación del organismo.
 

A nivel terapéutico todavía queda mucho por investigar para obtener resultados contrastados en este ámbito pero si se vienen observando los beneficios de la risoterapia que consiste en reír con todo el cuerpo. Esta técnica se ayuda del hecho de que reír en un grupo es más fácil ya que la risa es contagiosa. Mediante distintos ejercicios de expresión corporal, música, masajes...se pretende conseguir que la gente ría cuando quiera y no solo en respuesta a un estímulo externo.
 
 
FLUIR
 
El autor Mihaly Csikszentmihalyi fue el introductor de este término. Se refiere a la experiencia en la cual uno se encuentra tan sumergido que pierde la noción del tiempo y se entrega totalmente a ella perdiendo la noción de todo lo que pasa a su alrededor. Se trata por tanto de una experiencia de gran concentración y gran liberación de energía orientada a la actividad pero en la que hay un equilibrio entre el dominio de esa persona de la actividad y el desafío que le supone.


Mihalyi describe 8 parámetros en la experiencia de flujo:


      1.     Unión: Las personas se sienten parte de esa actividad 
2.     Concentración: Esta concentración es sin esfuerzo y la energía fluye.
3.     Control: Ausencia total de preocupaciones
4.     Pérdida de la conciencia: La persona no piensa antes de actuar, laactuación  surge de forma espontánea.
5.   Distorsión del sentido temporal: Bien porque pasa más rápido o porque pasa más lento
6.   Valor de la experiencia por sí misma: Los beneficios que se obtienen de la actividad son válidos por sí mismos.
7. Valor de las habilidades o fortalezas personales: Requiere utilizar las habilidades personales.
8. Metas y feedback: Con la actividad se consigue un objetivo y feedback inmediato.


 
Las personas dicen experimentar esto cuando disfrutan de actividades que les apasionan, sin embargo no se llega nunca mediante actividades de ocio pasivas como pasar tiempo delante de la televisión o el ordenador. Solemos creer que los mejores momentos de nuestra vida son aquellos en los que nos encontramos sin hacer nada, sólo descansando, pero esto no es cierto.  El mayor beneficio lo encontramos en actividades que implican un esfuerzo para conseguir un objetivo.
Otro dato curioso es que esta experiencia es más fácil de lograr en el trabajo que en tiempo de ocio, ya que en el trabajo es más fácil trabajar por objetivos.
 
Otro concepto relacionado con el de fluir es el de saboreo. Se refiere al disfrute del momento presente.
 
Es posible incrementar esta experiencia siguiendo una serie de pasos:

- Compartiendo la experiencia con los demás
- Recordar la experiencia haciendo una fotografía mental del momento. Es decir prestando atención a todo tipo de detalles.
- Elogiarse a uno mismo: mostrarse orgulloso de lo que se ha vivido
- Agudizar nuestros sentidos: Escoger determinados elementos de la experiencia vivida y realzarlos.
- Ensimismarse: Aprender a concentrarse completamente en la actividad que se desarrolla.
 
Las actividades más fáciles de convertir en estados de flujo son:

1.     Actividades físicas
2.   Actividades de los sentidos: contemplar una obra de arte o paisaje, escuchar música o tocar un instrumento, degustar un buen plato…
3.  Actividades intelectuales: La lectura, resolver crucigramas, una conversación interesante, escribir…
 
¿Cómo convertir una experiencia cotidiana en estado de flujo?

        1. Definir las metas a alcanzar. Al principio pueden ser metas sencillas que 
              pueden  ir aumentando de complejidad a medida que se van alcanzando. 
        2. Desarrollar las habilidades necesarias para superar los distintos desafíos 
              que nos plantea la actividad.
       3.  Aprender a concentrarse en lo que se está haciendo y dirigir la atención a 
             los objetivos. 
      4.  Encontrar alguna forma de medir los progresos que vamos haciendo para 
           obtener un feedback inmediato. 
      5.  Elevar el nivel de desafío y dificultad cuando algo empieza a aburrirnos.



(CONTINUARÁ)
 
Elena de Miguel
Psicóloga y coach en positiva-mente
www.positiva-mente.es
 

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