jueves, 27 de marzo de 2014

El proceso de cambio



Normalmente cuando alguien acude a terapia o a coaching tras la demanda inicial viene encubierta la idea del cambio. Unas veces de una manera más clara y otras de una forma más difusa.


“Me siento triste Me gustaría sentirme mejor Quiero encontrar o cambiar de trabajo Tengo muchas discusiones con mi pareja Me gustaría que mi relación de pareja sea más armoniosa”. Estos son algunos ejemplos pero lo cierto es que hay tantos procesos de cambio como personas.



Sin embargo esto no es un camino de rosas, aunque la persona puede ir viendo a lo largo del proceso que lo que necesita es un cambio normalmente nos resistimos a ello. Esto no ocurre sólo cuando se acude al psicólogo, si no que en nuestra vida vemos constantemente como nos aferramos a modos de actuar o responder que pueden resultar disfuncionales.














¿Por qué ocurre esto?


Como suele decirse coloquialmente “más vale malo conocido que bueno por conocer”. Este dicho tiene un poco que ver con lo que nos pasa. Frente a una respuesta nueva que no conocemos, que tendríamos que empezar a construir de 0 y que no sabemos cómo puede resultar, los hábitos se imponen perpetuándose en el tiempo, porque al menos con un hábito sabemos el resultado que vamos a obtener, aunque no sea del todo bueno.


 A menudo la misma idea de querer provocar el cambio tiene como resultado el efecto contrario. Esto puede verse de forma muy clara en las personas que quieren dejar de fumar y una y otra vez vuelven a lo mismo. Deciden ponerse manos a la obra sin ningún análisis previo de lo que les pasa y muchas veces la ansiedad que conlleva un cambio de tales dimensiones les lleva a desistir.



¿Qué podemos hacer?


Cuando no sabemos muy bien lo que nos pasa ahora, lo único que tenemos claro es que queremos cambiar, salta  a la vista que nos falta información.


En el caso de un fumador por ejemplo, antes de proponerme dejarlo puede ser adecuado dedicar un tiempo a  observar en qué ocasiones fumo más: contextos, personas, circunstancias emocionales… Al tener más datos me será más fácil combatirlo.


Si es algo menos evidente como determinadas formas de actuar o pensar, el proceso es algo más complejo,  pero no deja de ser el mismo. Dedicar tiempo antes de saltar al cambio a observar el proceso que quiero cambiar: mis pensamientos, mis conductas, mis emociones, con qué personas me pasa…



Una vez que somos conscientes del proceso que queremos cambiar, sabremos CÓMO ocurre. No es tan importante saber el ¿por qué ocurre? Que sin embargo parece que es siempre en lo que más energía gastamos “¿Por qué me pasa a mí esto?” “¿Por qué soy así?” El no tener respuestas sobre esto puede frustrarnos más que ayudarnos y desde luego no es imprescindible para cambiar.


Lo verdaderamente importante es ¿cómo ocurre? Y ¿para qué ocurre? Esta segunda pregunta es más difícil de contestar pero muy importante.  Cualquier conducta, pensamiento, interacción que realizamos la realizamos para lograr algo del medio.


 ¿Para qué llora un niño? Para obtener la atención de su madre

¿Para qué discute una pareja? Para imponer su punto de vista, para conseguir algún beneficio…


Los motivos pueden ser múltiples pero es necesario ser sinceros con nosotros mismos y ver cuál son los motivos últimos que perseguimos con esas actuaciones. En psicología solemos hablar de beneficios secundarios, en definitiva son aquellos beneficios más o menos ocultos que pueden estar detrás de una conducta aparentemente sin mucho sentido.



Una vez que sabemos ¿cómo ocurre? Y ¿Para qué ocurre? Tendremos que analizar ¿qué queremos cambiar y qué no? Quizá tras analizar esos “beneficios secundarios” nos demos cuenta que hay cosas que queremos conservar y por tanto no vamos a cambiar. O tras nuestros análisis podemos darnos cuenta que hay ciertas cosas que no dependen de nosotros. En ambos casos la actitud sería ACEPTACIÓN. Aceptar esas partes que por el momento ni podemos, ni queremos cambiar.



Después de este análisis tendremos claro aquello que sí queremos cambiar y el proceso completo de cómo ocurre. Alterando este proceso conseguiremos ese esperado cambio.


Por ejemplo si quiero dejar de fumar y sé que fumo más cuando tomo café puedo evitar tomarlo, puedo evitar llevar tabaco cuando tomo café…


Si me doy cuenta que discuto con mi pareja cuando tocamos determinados temas, puedo poner especial atención para cortar las discusiones cuando surjan estos temas. O si sé que mi motivación es llevar razón, puedo proponerme ceder en alguna cosa.



Como veis el cambio es un largo proceso que requiere un análisis previo y  podríamos resumir en:


 “Darse cuenta” poner atención a aquello que quiero cambiar siendo consciente de sus elementos más simples.


Averiguar para qué lo hago, que me motiva a seguir manteniendo esa conducta.


Aceptar aquello que no quiero o no puedo cambiar.


Con todos los datos que obtengo iré modificando los componentes (situación, personas, conductas, pensamientos…) que intervienen en ese proceso.




No dejes que tus hábitos te dominen y conviértete en el dueño de tu vida. Como comentaba hace poco por aquí: Cambiar requiere hacer algo distinto.





Elena de Miguel
Psicóloga y coach

lunes, 24 de marzo de 2014

El papel más importante de tu vida



Ayer llegaba a mí este precioso cuento que hoy quiero compartir con vosotros. Creo que todos de vez en cuando deberíamos leerlo y no olvidar cultivar lo que nos hace diferentes, lo que nos hace especiales.









Un rey plantó un jardín precioso. Al año siguiente fue a visitarlo y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.


Sorprendido por lo que vio, se dedicó a ir preguntando a cada una de las plantas y árboles que allí vivían ¿qué les había pasado?



El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.


Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid.



Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.


La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble.

Entonces encontró una planta, una Fresia, floreciendo y más fresca y brillante que nunca.



El rey preguntó:
¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?




No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda".







Después de esto reflexiona:


¿Cúantas veces te comparas con otros y te quejas por lo que no tienes?

¿Intentas cada día como la Fresia ser tu mejor yo?

¿Qué te hace especial?



No intentes ser como otros porque nunca lo lograrás. Sin embargo hay un papel que nadie puede hacer mejor que tú y en el que cada día puedes ir mejorando.

Es el papel más importante de tu vida, el papel de ser tú mismo.




Elena de Miguel

Psicóloga y coach


martes, 18 de marzo de 2014

Potenciar la creatividad para resolver tus problemas




Pensamos normalmente en el concepto de creatividad como algo excepcional digno de artistas, científicos y gente excéntrica, pero la creatividad es una cualidad humana que puede ser muy útil en la resolución de problemas cotidianos.



Me encanta la frase de Einstein que decía “la locura es pretender un resultado distinto haciendo siempre lo mismo”. Sin embargo es lo que habitualmente hacemos. Muchos de los problemas mentales vienen precisamente de esto, de aplicar un patrón rígido de pensamiento o conducta. Empeñarnos en hacer funcionar algo que ya no lo es o que nunca lo ha sido.





En nuestras relaciones de pareja, en una búsqueda de trabajo o creación de un nuevo negocio la creatividad nos puede dar ese punto que nos diferencia y nos hace especiales.


¿Qué es creatividad? ¿Qué es ser creativo?


Ser creativo en definitiva es generar una idea original, es decir, hacer algo distinto a lo que hacemos normalmente y que además sea adaptativo, esto es que sean útiles para la vida de la persona. De nada nos sirve si tenemos una idea muy original pero que no podemos aplicar en nada a nuestra vida. ORIGINAL+ ADAPTATIVO son requisitos igual de importantes.



Esto requiere que miremos la información de una forma distinta a como lo hace la gente. Lo que obviamente nos generará una ventaja frente a ellos.



El proceso creativo requiere de una fase inicial en que observamos el problema y dejamos volar la imaginación. En esta fase es importante que no haya juicios del tipo “esto es absurdo” “esto no vale para nada” si no hacer lo que se llama una tormenta de ideas apuntando todas las ideas que se me ocurran relacionadas con el tema que estamos tratando. Ya habrá tiempo después para quitar las que no sirvan. Ahora solo observo y apunto.



¿Cómo potenciar la creatividad? ¿Es esto posible?


No sólo se puede, si no que es muy importante tanto en adultos, pero sobretodo en niños ya que están en proceso de desarrollo y puede ayudarles mucho en el futuro.


En este caso  el ambiente familiar influye mucho. Se trata por tanto de dejar a los niños experimentar, de una manera flexible en sus juegos o en su ambiente escolar. Lo que facilita que desarrollen la creatividad.


Generar espacios para poder ser creativo. Si un niño esta todo el día con la “play” poca creatividad deja, pero si yo tengo una habitación de juegos más clásicos, con pinturas, si paso tiempo al aire libre…son espacios más propicios para experimentar.


Otro aspecto muy importante es el sentido del humor. Las personas que ríen con más frecuencia suelen ser más creativos y productivos. Y esto nos lo podemos aplicar todos.



También hay aspectos que la inhiben como la presión de tiempo, el exceso de control, la escasez de alternativas o las elevadas expectativas.



Algunas ideas para ejercitar nuestra creatividad:


  • Entrenar la generación de ideas: Elegir un tema que me preocupe o me interese y generar 3 nuevas ideas relacionadas con él. Esto me ayudará a tener una perspectiva distinta del tema.

  • Romper con los hábitos: se trata de introducir pequeños cambios en nuestra vida diaria que nos permitirán descubrir nuevas formas de pensar, nuevas experiencias… Por ejemplo dirigirnos al trabajo por una nueva ruta, probar nuevas recetas…


Como ven la creatividad no sólo se puede potenciar si no que además nos puede dar una nueva visión a la hora de resolver nuestros problemas recuerden a Einstein “locura es pretender un resultado distinto haciendo siempre lo mismo”




Elena de Miguel

Psicóloga y coach