sábado, 30 de marzo de 2013

No es lo mismo aceptación que resignación




En nuestros días no estamos acostumbrados a sufrir. Si nos duele la cabeza tomamos una aspirina, si sentimos ansiedad o no podemos dormir tiramos de un lexatin u orfidal. Sin embargo de vez en cuando el sufrimiento es necesario.

Cuando tocamos algo con la mano y nos quemamos ese dolor nos recuerda apartar la mano. Cuando vemos un león y echamos a correr el miedo que sentimos activa nuestro organismo para librarnos del peligro.

De la misma forma las emociones como la tristeza, decepción, impotencia nos dan un mensaje que no debemos ignorar. Normalmente nos esforzamos por apartar de nosotros esos sentimientos y pensamientos que les acompañan, sin embargo nuestro propósito rara vez se consigue de esta forma, a pesar de que es el consejo que solemos dar habitualmente. “Tú lo que tienes que hacer es calmarte o tú lo que tienes que hacer es no preocuparte por eso”.

Tratamos nuestro medio interno como trataríamos el externo. Apartando y huyendo de lo que nos molesta, pero no es eficaz. El único elemento eficaz para dejar de tener un sentimiento desagradable es aceptarlo. Cuando le das a la gente este consejo suele llevarse las manos a la cabeza y decir ¡si hombre cómo voy a aceptar que sufro o que estoy triste! Pero aceptarlo no es lo mismo que conformarnos y quedarnos en el inmovilismo de no hacer nada. Cuando aceptamos una emoción, le damos tiempo a que se muestre a que nos transmita su mensaje, cuando ya la hemos escuchado y sentido en nuestro cuerpo poco a poco se irá diluyendo y desaparecerá. Es entonces el momento de ponernos en marcha, de distraernos y pasar a otra cosa, pero no antes. Ignorarla antes sólo consigue prolongarla en el tiempo.

Así que ya sabes, cuando tengas ganas de llorar no tengas miedo y llora, siente ese llanto en todo su esplendor y siente como poco a poco se calma y desaparece. Si acompañamos este proceso observando sin juzgarnos, viviremos la experiencia en toda su intensidad y seremos capaces de abrazar el dolor y luego soltarlo, como haríamos con nuestro mejor amigo.
Y después de todo el proceso no olvides la segunda parte, hay que distraerse y pasar a otra cosa.

ElenaDMA

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