lunes, 5 de agosto de 2013

No descuides tu jardín



Numerosas veces tratamos de luchar contra pensamientos que nos atormentan, nos quejamos de lo que hace nuestro hijo o nuestro marido, del dolor de cabeza o de pierna, de la vida que nos ha tocado vivir.
 
 
Gastamos energía en cosas que no depende de nosotros cambiar  y nos atormentamos pensando ¡Cuánto mejor sería mi vida si eso desapareciera!
 
 
Mientras nuestra lucha implacable prosigue vamos dejando de lado cosas importantes:
A veces obligaciones, a veces relaciones importantes, a veces hobbies… Porque entre tanta lucha con aquello que nos obsesiona, que nos quita el sueño, ya no queda tiempo para mucho más y mientras esperamos que el hada madrina aparezca para librarnos de eso que nos atormenta, nuestra vida cada vez es más y más limitada.
    
  
Ilustrémoslo con una metáfora:
 
 
Imaginemos que tenemos un jardín precioso, que un día empieza a llenarse de malas hierbas, al principio son una o dos, así que nos dedicamos a arrancarlas. A la semana siguiente las malas hierbas se van multiplicando y nos cuesta horas acabar con todas. Al año siguiente miramos nuestro jardín y vemos como las plantas que antes lucían esplendorosas se han secado, porque mientras arrancábamos nuestras malas hierbas nos hemos olvidado de ellas. Comprobamos con frustración como todos nuestros esfuerzos han sido en vano, ahí siguen las malas hierbas y el resto del jardín por falta de cuidados se ha secado.
 
 
¿Qué conclusión sacas de esto? ¿Consiste entonces en luchar con más ahínco contra las malas hierbas o quizá es necesario aceptar la convivencia pacífica de las malas hierbas en nuestro hermoso jardín?
 
 
Esto es nuestra vida, un jardín en el que inevitablemente surgirán malas hierbas depende de nosotros descuidar el resto del jardín para acabar con ellas sin éxito o seguir cuidando aquello que es importante aceptando que  a veces la vida nos hace sufrir.
 
 
Hoy te invito a pensar en todas aquellas cosas que estás dejando descuidadas por acabar con malas hierbas y te animo a empezar a regarlas de nuevo con tiempo y con cariño, quizá todavía no es tarde para recuperar tu jardín.
 
 
 
ElenaDMA
Psicóloga y coach en positiva-mente

No hay comentarios:

Publicar un comentario