martes, 17 de junio de 2014

Emociones, esas grandes desconocidas




Las emociones son algo habitual en nuestras vidas ya que no hay un solo día en que nos libremos de ellas, de ellas se nutren también las películas, novelas, canciones… ¿pero alguien las entiende? Hay gente que ni siquiera tiene claro para qué sirven.
 
 
 
Ese es mi objetivo de hoy. Por una parte ayudarte a entender las funciones de las emociones y por otro intentar sacarles el máximo provecho.
 
 
 
Empezando por el principio la función principal de las emociones es darnos información. Responden a sucesos internos o externos, a veces son muy útiles y otras veces tenemos que conocerlas para no caer en sus trampas.
 
  

 
 
En general las más sanas responden a situaciones presentes. Por ejemplo, si la persona con la que he quedado llega tarde es normal que me sienta enfadada o molesta. Si un amigo me da una sorpresa y siento alegría... Hasta ahí ningún problema. 
 
 
 
A veces sentimos emociones al recordar situaciones pasadas o al imaginar situaciones futuras. Esto puede convertirse en un problema, si por ejemplo una situación pasada nos genera la misma emoción ahora al recordarla que en el pasado o cuando nos da por anticipar catástrofes que nunca van a ocurrir. En estos casos la emoción no cumple una función saludable por la fuerte intensidad y duración de la emoción; salvo en estos casos también estaríamos dentro de la normalidad.
 
 
 
 
La emoción es una combinación de sentimientos corporales y pensamientos. En terapia, la activación de las emociones es un requisito previo para poder cambiarlas y a veces es necesario después de experienciarlas poder crear un nuevo significado que nos permita seguir avanzando y no apegarnos a la emoción.
 
 
 
 
Si tuviéramos que resumir las funciones de las emociones serían las siguientes:
 
 
  •  La emoción nos informa de que algo ha sucedido
  • También informa a otras personas
 
  •  Nos prepara para la acción
 
  • Si ocurren respecto a una persona cercana, nos ayudan  a saber en qué estado está la relación con esa persona.
 
  •   Evalúan si las cosas nos van bien o no
 
 
No siempre nos gusta lo que sentimos pero es necesario prestar atención, es como si decidiéramos prescindir de uno de nuestros sentidos ¿a qué no lo haríamos a pesar de que no nos guste lo que vemos u oímos? Las personas que deciden ignorar esta información tienen muchos problemas interpersonales.
 
 
 
Un primer paso que te propongo es que para incrementar tu conciencia emocional realices un diario emocional. En él, 3 veces al día escribe la última emoción que has sentido y describe tu experiencia.
 
 
 
¿Qué nombre le darías a esa emoción? ¿Cuál es la emoción que aparece de forma más repetida en tu vida? ¿En qué duración e intensidad? ¿Qué sentiste en tu cuerpo? ¿Había algún pensamiento? ¿Hiciste algo o sentías la necesidad de hacer algo? ¿Qué situación la provocó? ¿Qué información te está dando?
 
 
 
Una vez que realices habitualmente este ejercicio tendrás el primer paso superado: serás consciente de tus emociones.
 
 
 
Un segundo paso muy importante es que distingas entre los distintos tipos de emociones que existen, no de todos nos podemos “fiar” igual, algunos ocultan y otros no dicen del todo la verdad.
 
 
Veámoslo:
 
 
  •  Emociones primarias adaptativas serían las que decimos que surgen en el presente en respuesta a una situación, son adaptativas.
 
  •   Si esta emoción en principio adaptativa se vuelve crónica, nos genera gran malestar…pasaría al segundo grupo, emoción primaria desadaptativa.
 
  • Las emociones secundarias serían aquellas que aunque aparecen en un primer lugar en realidad, al profundizar un poco más ocultan una emoción más real. Por poner un ejemplo un chico que le ha dejado su pareja por otro y esta enfadadísimo, parece normal ¿no? Pero ¿qué puede haber detrás de este enfado? ¿Quizá tristeza? Si nos quedamos en la emoción superficial probablemente no lleguemos a la tristeza que hay detrás.
 
  •  Un último grupo lo formarían las emociones instrumentales, su nombre viene de que las usamos como instrumento para conseguir algo, son a veces manipulativas y lo peor de todo es que la mayoría de veces no somos del todo conscientes de ellas; pero quizá si preguntas a alguien cercano sepa decirte un estilo emocional tuyo que le “saca de sus casillas”. Quizá llorar cada vez que te acusan de algo, quizá enfadarte y gritar cuando no te quieren dar la razón… Si son utilizadas con mucha frecuencia pueden generar rechazo en el otro al sentirse utilizado, sin saber nosotros muy bien por qué.
 
 
 
Cuando hemos llegado  a este punto y hemos sido capaces de saber ante qué tipo de emoción nos encontramos habremos alcanzado nuestro segundo objetivo de hoy: aprovechar la información que nos dan las emociones para saber cuándo guiarnos por ellas porque son auténticas y saludables  y cuando necesitamos ser sinceros con nosotros mismos porque hay información que nos están ocultando.
 
 
 
 
Este es un largo proceso que requiere mucha práctica, pero espero que te animes a andar por el resbaladizo sendero de las emociones sin miedo a caer a veces porque si eres capaz de prestar atención al camino descubrirás cosas maravillosas.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Elena de Miguel
 
Psicóloga y coach

No hay comentarios:

Publicar un comentario