Hoy
quiero realizar un acercamiento para aquellos que no sepan qué es la psicología
positiva y cuáles son los principales conceptos que trata.
Para
ello me apoyaré en el libro de psicología positiva donde Beatriz Vera Poseck
expone los principales términos de esta disciplina.
Primero
aclarar el hecho de que defender el estudio de los aspectos positivos del ser
humano no implica restar importancia al estudio de los aspectos negativos. Ambos forman
parte de la complejidad del ser humano, por ello no tiene ningún sentido dejar
apartadas ninguna de las perspectivas.
Me
gustaría comenzar con una metáfora que utiliza Seligman para explicar el
enfoque que da la psicología positiva, y es la del francotirador.
Cuando
un francotirador trabaja tiene que pasar días y horas en la misma posición sin
moverse y sin poder dormir, lo que contribuye a que acabe fatigado, ya que debe
estar alerta para que si su objetivo aparece pueda disparar en el momento
preciso y no fallar.
Tal
como se ha venido concibiendo en el pasado la psicología y la medicina si
tuvieran que tratar a este francotirador se centrarían en intervenciones que
redujeran su fatiga, mediante fármacos o psicoterapia. Sin embargo el
entrenamiento que recibe el francotirador es ser capaz de disparar con precisión
aun estando fatigado. Aprende a rendir al
máximo a pesar de las circunstancias adversas a las que indudablemente tendrá
que enfrentarse.
La
psicología positiva no trae conceptos innovadores que no se hayan tenido en
cuenta nunca, si no que tiene mucho que agradecer por ejemplo a la psicología
humanista, ya que autores como Maslow, Rogers o Viktor Frankl ya estudiaron en
su día la autorrealización o la importancia del sentido en la vida. En los que
se apoyará la psicología positiva.
Sin
más preámbulos pasaré a explicar uno a uno cuáles son estos conceptos que no
podemos olvidar.
Hoy
serán los conceptos de:
- Emociones positivas
- Optimismo
EMOCIONES POSITIVAS
Es
indudable que las emociones tienen carácter adaptativo y es este carácter
adaptativo el que tradicionalmente ha llevado a la psicología a centrarse en
aquello que amenaza el bienestar de las personas. Si pensamos en emociones se
nos viene un amplio abanico de emociones negativas pero al nombrar las
emociones positivas seguro que los ejemplos son menores ya que existen menos
palabras para nombrarlas.
El
papel adaptativo de las emociones negativas parece claro, resolver problemas e
informar de amenazas. El papel de las emociones positivas es más complicado de
entender, pero si que es cierto que si no fueran necesarias no nos hubieran
acompañado durante tantos años.
Las
emociones positivas tienen un efecto indirecto en nuestra conducta, ya que
cuando las experimentamos nos ayudan a enfrentarnos con éxito a dificultades
futuras. La mente
se vuelve más creativa y tolerante por lo que es posible barajar más opciones
que desde una actitud negativa donde sólo se observa un camino. Se produciría
por tanto a largo plazo un mejor afrontamiento de los problemas.
Hay
que matizar que las emociones positivas no son lo contrario de las negativas.
Actualmente se contempla un modelo multidimensional donde ambas son
independientes y coexisten en el individuo igualmente.
Seligman
dividen las emociones positivas en tres grupos según en que período temporal se
centren.
Las
que se generan en el pasado:
satisfacción, complacencia, orgullo, serenidad, gratitud… Originadas por los
pensamientos sobre la experiencia vivida.
Emociones
relacionadas con el presente:
alegría, éxtasis, tranquilidad, entusiasmo, euforia, placer…
Emociones
positivas respecto al futuro:
optimismo, esperanza, fe y confianza. Originadas por los pensamientos sobre lo
que vendrá
OPTIMISMO
Se
suele hablar del pesimista como alguien realista y del optimista como alguien
alejado de la realidad sin embargo ambas posturas constituyen sesgos respecto
de la forma de interpretar la realidad. Ninguno de los dos, ni nadie es capaz
de ver la realidad tal cual es por tanto depende de ti elegir la manera en que
te beneficie más.
Este
concepto se ha estudiado desde dos puntos de vista:
Como
un rasgo
disposicional en la forma de percibir el futuro. Esto
quiere decir que las personas optimistas tienen unas expectativas estables y
generalizadas de que en la vida les sucederán cosas positivas, por el contrario
los pesimistas tienen unas creencias estables y generalizadas de que les
sucederán cosas negativas.
Estas
creencias tienen influencia en la forma en que afrontarán el problema. Los
optimistas generarán más estrategias orientadas hacia el problema y los
pesimistas a la evitación conductual por los frecuentes síntomas físicos y
emocionales que acompañan en caso de percibir el problema como una amenaza.
Hay
distintos estudios que relacionan este estilo disposicional con la recuperación
en distintas enfermedades como ataques cardiacos o cáncer. En todos
parecen concluir que los optimistas, controlando otras variables que pueden
influir como la gravedad y demás, tienen una recuperación mayor.
La
otra aproximación es la del optimismo como estilo explicativo.
En este caso se refiere a como explican las personas el pasado.
En
esto hay que considerar:
- El
grado en que la persona se siente responsable del mismo. Ej: Fue culpa mía o
fue mala suerte
- El
grado en que se mantiene en el tiempo. Ej: Durará siempre o ya pasará
- El
grado en que influye en otros aspectos de la vida (global o específico). Ej: Es
algo que afecta a toda mi vida o sólo me afecta en un área muy concreta de mi
trabajo.
Según
esto, el estilo explicativo pesimista tiene una valoración interna, estable y
global y el optimista externa, inestable y específica. Esto ocurriría en la
explicación de elementos negativos de su vida, sin embargo para los positivos
los patrones se invertirían.
En
este caso los pesimistas creerían que son algo externo, inestable y específico
y los optimistas que son algo interno, estable y global.
Bajo
mi punto de vista no es bueno usar sólo uno o sólo el otro, no se trata de
siempre evadirse de la responsabilidad o de siempre culparse de lo que pasa por
ejemplo, si no que hay que mantener una flexibilidad y equilibrio a la hora de
usar uno u otro.
(CONTINUARÁ)
Elena de Miguel
Psicóloga y coach en positiva-mente
www.positiva-mente.es
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