Gratitud, que extraña palabra en los tiempos que
corren. Antes era casi un deber dar las gracias a Dios, a los padres, a los
profesores... Ahora pocos son los que dan las gracias por algo. Dar las gracias
está minusvalorado.
Desde la psicología positiva se ha estudiado
ampliamente el término agradecimiento llegando a importantes conclusiones
acerca de su valor y la importancia que tiene en el bienestar de las personas.
En terapia y en coaching es algo a tener en
cuenta por los beneficios que puede aportar a la persona el empezar a ser más
agradecido. Tanto por las emociones positivas que genera como por el efecto
indirecto que puede tener ser más agradecido en nuestras relaciones sociales.
A todos nos gusta que se nos valore y se
agradezca aquello que hacemos por los demás y aquello que hacemos bien. Un
agradecimiento sincero por parte de alguien que queremos nos aporta un gran
bienestar.
En nuestra vida cotidiana sin embargo, a menudo
damos por hecho que lo que tenemos en la vida nos pertenece. Consideramos
injustas las pérdidas que tenemos a lo largo de nuestra vida. Nos cuesta
aceptar que nacimos sin nada por tanto todo lo que tenemos ahora se nos ha
dado.
Si vemos la vida desde este nuevo prisma nos
daremos cuenta de lo mucho que tenemos que agradecer, a la vida y a la gente
que nos rodea (familia, amigos, profesores, compañeros de trabajo…).
Hoy os propongo un ejercicio clásico en
psicología positiva que nos ayuda a ser más conscientes de todo lo que tenemos.
Apunta cada noche a modo de diario 3 cosas que
tienes que agradecer al día. No tienen que ser grandes cosas, simplemente todo
aquello que de normal damos por sentado, aprendiendo a valorarlo.
Un bonito atardecer, un paseo al lado de la
playa, una sonrisa amable de un desconocido, un conductor de autobús que nos
espera cuando llegamos corriendo a la parada…
Este sencillo ejercicio durante dos semanas
demostró incrementar no sólo el agradecimiento si no también el estado de ánimo
en todo aquel que lo practicaba.
Si no dejamos pasar por alto estas acciones y
centramos la atención en estas pequeñas cosas, quizá en este mundo donde parece
predominar la violencia y corrupción se convierta en un lugar más amable donde
vivir.
Elena de
Miguel
Psicóloga y
coach en positiva-mente
www.positiva-mente.es
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