Las emociones
son algo habitual en nuestras vidas ya que no hay un solo día en que nos
libremos de ellas, de ellas se nutren también las películas, novelas,
canciones… ¿pero alguien las entiende?
Hay gente que ni siquiera tiene claro para qué sirven.
Ese es mi
objetivo de hoy. Por una parte ayudarte a entender las funciones de las emociones y por otro intentar sacarles el máximo
provecho.
Empezando por
el principio la función principal de las emociones es darnos información. Responden a sucesos internos o externos, a
veces son muy útiles y otras veces tenemos que conocerlas para no caer en sus
trampas.
En general las
más sanas responden a situaciones
presentes. Por ejemplo, si la persona con la que he quedado llega tarde es
normal que me sienta enfadada o molesta. Si un amigo me da una sorpresa y
siento alegría... Hasta ahí ningún problema.
A veces
sentimos emociones al recordar situaciones pasadas o al imaginar situaciones
futuras. Esto puede convertirse en un problema, si por ejemplo una situación
pasada nos genera la misma emoción
ahora al recordarla que en el pasado o cuando nos da por anticipar catástrofes que nunca van a ocurrir. En estos casos la
emoción no cumple una función saludable por la fuerte intensidad y duración de
la emoción; salvo en estos casos también estaríamos dentro de la normalidad.
La emoción es
una combinación de sentimientos
corporales y pensamientos. En terapia, la activación de las emociones es un requisito previo para poder
cambiarlas y a veces es necesario después de experienciarlas poder crear un nuevo significado que nos permita
seguir avanzando y no apegarnos a la emoción.
Si tuviéramos
que resumir las funciones de las
emociones serían las siguientes:
- La emoción nos informa de que algo ha sucedido
- También informa a otras personas
- Nos prepara para la acción
- Si ocurren respecto a una persona cercana, nos ayudan a saber en qué estado está la relación con esa persona.
- Evalúan si las cosas nos van bien o no
No siempre nos
gusta lo que sentimos pero es necesario prestar atención, es como si
decidiéramos prescindir de uno de nuestros sentidos ¿a qué no lo haríamos a
pesar de que no nos guste lo que vemos u oímos? Las personas que deciden
ignorar esta información tienen muchos problemas interpersonales.
Un primer paso
que te propongo es que para incrementar tu conciencia emocional realices un diario emocional. En él, 3 veces al día
escribe la última emoción que has sentido y describe tu experiencia.
¿Qué nombre le darías a esa emoción? ¿Cuál es la emoción que aparece de
forma más repetida en tu vida? ¿En qué duración e intensidad? ¿Qué sentiste en
tu cuerpo? ¿Había algún pensamiento? ¿Hiciste algo o sentías la necesidad de
hacer algo? ¿Qué situación la provocó? ¿Qué información te está dando?
Una vez que
realices habitualmente este ejercicio tendrás el primer paso superado: serás consciente de tus emociones.
Un segundo paso
muy importante es que distingas entre
los distintos tipos de emociones que existen, no de todos nos podemos
“fiar” igual, algunos ocultan y otros no dicen del todo la verdad.
Veámoslo:
- Emociones primarias adaptativas serían las que decimos que surgen en el presente en respuesta a una situación, son adaptativas.
- Si esta emoción en principio adaptativa se vuelve crónica, nos genera gran malestar…pasaría al segundo grupo, emoción primaria desadaptativa.
- Las emociones secundarias serían aquellas que aunque aparecen en un primer lugar en realidad, al profundizar un poco más ocultan una emoción más real. Por poner un ejemplo un chico que le ha dejado su pareja por otro y esta enfadadísimo, parece normal ¿no? Pero ¿qué puede haber detrás de este enfado? ¿Quizá tristeza? Si nos quedamos en la emoción superficial probablemente no lleguemos a la tristeza que hay detrás.
- Un último grupo lo formarían las emociones instrumentales, su nombre viene de que las usamos como instrumento para conseguir algo, son a veces manipulativas y lo peor de todo es que la mayoría de veces no somos del todo conscientes de ellas; pero quizá si preguntas a alguien cercano sepa decirte un estilo emocional tuyo que le “saca de sus casillas”. Quizá llorar cada vez que te acusan de algo, quizá enfadarte y gritar cuando no te quieren dar la razón… Si son utilizadas con mucha frecuencia pueden generar rechazo en el otro al sentirse utilizado, sin saber nosotros muy bien por qué.
Cuando hemos
llegado a este punto y hemos sido
capaces de saber ante qué tipo de emoción nos encontramos habremos alcanzado
nuestro segundo objetivo de hoy: aprovechar la información que nos dan las
emociones para saber cuándo guiarnos por ellas porque son auténticas y
saludables y cuando necesitamos ser
sinceros con nosotros mismos porque hay información que nos están ocultando.
Este es un
largo proceso que requiere mucha práctica, pero espero que te animes a andar
por el resbaladizo sendero de las emociones sin miedo a caer a veces porque si
eres capaz de prestar atención al camino descubrirás cosas maravillosas.
Elena de Miguel
Psicóloga y
coach