Mediados
de noviembre del año 2013, el sol empieza a esconderse y cada vez brilla menos
horas al día, salimos a trabajar temprano, nos metemos en un atasco, la radio
nos recuerda que seguimos en crisis, que los parados siguen aumentando….
Podría
seguir, pero ustedes como yo conocen esta rutina, y no parece que nos ayuda demasiado a mantener
un estado de ánimo positivo.
Hay
datos claros que informan de que actualmente con la crisis, de las bajas
laborales por enfermedad mental, más de la mitad son por depresión y la OMS
calcula que en 2030 la depresión será el principal problema de salud, por
encima del cáncer.
¿Cómo podemos entonces identificar los
primeros síntomas que nos ayuden a tomar medidas antes de que sea demasiado tarde?
La
depresión está caracterizada por un bajo estado de ánimo o por una pérdida en el placer
que nos producen las cosas.
Estos
cambios al principio pueden ser muy sutiles. Muchas veces van ligados a
pérdidas de un amor, un trabajo, una muerte, muchas veces a un cambio de
residencia como puede ser el caso de dejar un país e intentar adaptarse a una
cultura distinta. Estos son grandes cambios que no todos podemos asimilar con
la misma facilidad.
Otras
veces no tiene porque ser algo tan aparente.
Pequeños
cambios que quizá nos van alejando de nuestras relaciones, que nos hacen salir
cada vez menos, dedicar menos tiempo a las cosas que nos gustan y cuando nos
queremos dar cuenta estamos metidos en casa, alejados del mundo.
¿Qué nos puede dar entonces la señal de
alarma de que algo no va bien?
¿Y lo más importante cómo podemos
solucionarlo?
En
primer lugar las emociones
son un buen termómetro de cómo va nuestra vida. Si nos encontramos
continuamente rodeados e inundados por tristeza, impotencia, frustración,
desesperanza. Sería un buen momento para parar y ver que nos está pasando, de
dónde vienen todos esos sentimientos. ¿Quizá de alguna situación que estemos
viviendo? ¿Quizá de algún pensamiento que nos ronde la cabeza? Al prestar más
atención probablemente encontremos la causa y eso nos ayudará a poder
modificarla.
Falta de energía, fatiga crónica. Muchas personas con
depresión pueden tener la sensación de que les falta fuerzas para enfrentarse a
cosas que antes hacían sin el menor problema. Si no estás sometido a una gran
actividad y te sientes cansado todo el día. Después de una analítica otra
posible causa podría ser la depresión. Para estos casos en contra de lo que
puede pensarse la mejor solución es precisamente incrementar la actividad para
romper el círculo de cada vez hacer menos.
Cambios en el patrón de sueño. Muchas personas en el
comienzo de depresión tienen un cambio en su forma de dormir. Puede que tarden
mucho en dormirse, que se despierten a menudo durante la noche o que por el
contrario duerman demasiado y les cueste horrores levantarse de la cama. En
estos casos es muy importante establecer una adecuada rutina de sueño. Nada de
bebidas excitantes ni alcóholicas, practicar ejercicio pero no a últimas horas
de la tarde, no cenar demasiado ni demasiado poco, irse a la cama cuando se
tenga sueño, realizar alguna actividad relajante antes de dormir.
Esto
son sólo 3 ejemplos pero puede haber muchos más. A veces uno es capaz de superarlos
sólo pero otras veces no es tan fácil y es necesario pedir ayuda. Ese es un
paso muy valiente pero te recomiendo que si ves que no puedes sólo no tardes
más y te pongas en contacto con un profesional porque como todo, cuanto más
tiempo se deja pasar más profunda puede ser la depresión.
Elena
de Miguel